sábado, 20 de septiembre de 2014

Calificación sugerida y así, 9.2?

Creo que después de adentrarme en el desconocido y foreveralonero mundo de los blogs, me he dado cuenta que el difundir información se puede volver un tanto asesinante , aún más cuando los temas de los que hablas se centran en cosas que la mayor parte del tiempo son consideradas como ñoñas.

He descubierto que si te tomas la libertad de escribir las cosas de una forma divertida y burlona, escribir puede convertirse en una actividad fructífera y divertida (said no one ever).

Pero ahora que estoy sentado aquí a las 12:56 en una linda noche sabatina frente a una pantalla de computadora que hace el intento absurdo de emular una página de papel, las cosas se ven diferentes.

Creo que he aprendido a incluir elementos diversos en mis escritos, un estilo tal vez, no estoy seguro, pero de lo que si estoy seguro es que he escrito al menos los tres primeros posts con muchísimo empeño y con muchísima pasión, porque de verdad amo lo que estudio, y amo más compartir y convivir con los demás.

Sin ser pretencioso ni exagerado, considero que me merezco un 9.2, tal vez porque disfruté el camino, tal vez porque si pongo que me merezco un 50 me lo hagan válido por andar de chistoso.

Aquí entre nos de todas formas pienso eliminar esta publicación cuando acabe el semestre, esto con el fin de cuidar la estética del blog para mi vida laboral, porque créanme que lo seguiré usando, oh si, estoy seguro que les falta mucho por ver de mi. (espero)

Como ya se me hizo costumbre les dejaré un pequeño video para que se sientan mejor (todas aquellas almas de mis compañeros que están stalkeando los blogs vecinos en busca de inspiración (igual si me están leyendo, quiero decirles que todos ustedes me han inspirado de una forma u otra, porque de verdad se los juro que son un grupo fantástico que me ha enseñado cosillas dignas de escribir en el siguiente post)).


Un lindo logo de un tulipán

Vivimos en un mundo que francamente nuestros abuelos jamás imaginarían. Los adelantos científicos, los avances en el campo de la medicina y el mismo acervo cultural se han convertido día a día en los modelos tan lejanos que veían los grandes escritores de la ciencia ficción del siglo pasado.

 Pero ni nosotros mismos imaginamos lo que es capaz de hacer el ingenio humano, mucho menos cuando hoy día estamos más conectados y cerca que nunca. Las noticias nos acercan y nos vuelven cada vez más efectivos en todos los aspectos posibles, y por supuesto, el estar cerca nos permite ser mejores, mejores para pensar, mejores para crear, mejores para mejorar. Mejorar lo que hay, mejorar lo que está por haber, mejorar lo que ya no fue pero será.

Somos buenos para pensar individualmente, pero somos mejores pensando juntos. Como aquel proverbio que alguna vez aprendí en alguna caricatura:

No hay fuente más segura que akifrases.com 
Después de investigar un poco sobre el origen de la frase resulta que Genghis Khan realmente dijo esa frase cuando quería unificar las tribus mongolas, ya saben, hay que ser desconfiados con lo que ve uno en internet.


Lo peor es que estoy seguro de que dijo eso

Así que por separado, somos flechas sosas y sin gracia que pueden ser rotas fácilmente pero juntas, las flechas y nosotros, invencibles. Supongo que así funciona la interacción humana, la forma en que desprendemos información y conocimiento, el modelo perfecto es sin lugar a duda el trabajo en equipo, el verdadero trabajo en equipo.


Una bella tarde en vísperas del famoso Día del Grito mexicano, una amiga me envió un link interesantísimo donde un video explica el futuro de la programación. Un sistema que está siendo implementado en los conceptos más radicales e innovadores que involucran la interacción. Una interacción que cada día evoluciona para ser más inmersiva y tangible.

Hoy hablaremos de tangible, porque es cierto que "ojos que no ven, corazón que no siente" pero eso es aplicable aveces, imagínense qué pasaría si no sintiéramos los aguacates en el super. ¿Sería tonto verdad?

El famosísimo Massachusetts Institute of Technology ha desarrollado un artilugio que cambiará nuestras vidas en el futuro. El Transform, una tecnología fascinante que cambia una vez más la forma en que el diseño y las buenas ideas se juntan.

Las televisiones, los teléfonos celulares, las tablets, todos ellos tienen algo en común: las pantallas.
Superficies que muestran imágenes. Las imágenes se mueven, wow ¿verdad?, algunas veces, como en el caso de las televisiones 3D o los Nintendo 3DS, las imágenes se "salen" un poquito de la pantalla. Se salen tanto que nos asustamos cuando vemos Titanic en 3D. Por supuesto que lo último lo dije con sarcasmo.

Pues las brillantes mentes del Tangible Media Group lideradas por el Profesor Hiroshi Ishii pensaron afuera de la caja, y trajeron al mundo real un sistema propio de nuestros sueños más fumados y profundos:


Una superficie que puedes tocar y que te puede tocar, que reacciona y que interactúa con el usuario. Ya no hablamos de cosas básicas como el simple hecho de transmitir o imprimir una imagen, sino de transmitir texturas e imágenes que salen y saltan hacia nosotros. Donde somos capaces de tocar y manipular objetos físicos desde cualquier parte del mundo.


El equipo del Profesor Ishii creó un sistema que a base de pistones de precisión y sensores, puede imprimir bits realmente tridimiensionales. Los bits en cuestión pueden cargar y manipular ciertos objetos del mundo real. Trabajan al unísono y con una perfecta armonía, su coordinación es hermosa y efectiva.



Ahora, si lo combinamos con proyectores...



Ya podemos tocar  la información, podemos manipular gráficas, imágenes, ya no serán necesarios los botones que tanto nos limitan, las pantallas dejarán de ser planas y pasarán a ser más cercanas a nosotros.

A todo esto, ¿qué rayos tiene que ver Genghis Khan, el link que me pasó mi amiga y el proyecto Transform del MIT?

Bueno, pues yo creo que todo.

Integrar


Yo no creo en que la tecnología nos apartará en el futuro, que nos encarcelará en un mundo virtual en el que la interacción humana ha cesado de existir. Creo en un futuro en el que estaremos aún más cerca.

Tan solo pensemos en el pasado y en como las personas estaban realmente aisladas. Irte a otro estado a trabajar era sinónimo de abandonar a tu familia y probablemente no volver nunca a causa de ser comido por algún velociraptor o algo así. Después vino el telégrafo y todo el mundo perdió la cabeza, de la nada todos supusieron que era el futuro,  con el código morse se inventaron las abreviaciones que darían paso al #yolo en el futuro lejano que vivimos, luego se inventaron los emoticones.

Vinieron el teléfono, la televisión, la internet y las redes sociales, y justo cuando los humanos decidimos ponerle la linda palabra sociales pierden todo el punto de lo que una sociedad es.

Pues si llegamos a integrar los adelantos ya mencionados se puede lograr un producto que servirá para sentar las bases del mañana.

He mencionado con anterioridad que las posibilidades son infinitas, he hablado muchísimo sobre las capacidades del intelecto humano para conseguir cosas inimaginables, y de igual forma he expresado mi emoción sobre las tecnologías nuevas que se están explorando actualmente, pero no he especificado mi idea a plasmar, no he especificado el proyecto estimulante que tengo en mente porque he necesitado de tiempo para explicar mis pasiones, un poco de verborrea para que se familiaricen con mi mente y no me tiren de a loco a la primera.

¿Qué es existir?
Pues somos un puñado de impulsos eléctricos que navegan un vasto y confuso mundo a través de un robot orgánico al que llamamos cuerpo. Si no suena lo suficientemente loco para ti, pues espera un poco porque se pone más loco.

Los "sensores" de los robots orgánicos reciben una porción infinitesimal del espectro electromagnético que existe en su mundo. Los colores que ven realmente no existen, pues son una simple interpretación del cerebro para adecuar su entorno.

Al final del día los robots no son nada y no valen absolutamente nada, pero sus pequeños pilotos hechos de energía pura son los que hacen la magia, ya que estos pequeños impulsos son todas las memorias, experiencias, temores y talentos que hacen al robot por fuera. Pienso que la única vez que vivimos debe ser suficiente para poder experimentar todas las sensaciones posibles, todo con lo que podamos estimular al robot que usamos debe servir, todo lo que podamos aprender hará que nuestros impulsos se comporten de formas distintas y hermosas. Somos impulsos y como tales cualquier fuente de conocimiento y arte nos moldea, nos da una forma distinta a la de los demás impulsos y al final del día, cuando los robots orgánicos se queden sin combustible, los impulsos habrán dado su máximo potencial y se habrán moldeado por completo.

Nosotros los impulsos necesitamos de estímulos de todo tipo, visuales, audiovisuales, táctiles.

Pero mi idea de proyecto estimulante es un aula, un salón de clases que sea capaz de atraer al alumno en vez de ser forzado a encajar con su aprendizaje.

Estoy seguro que el aula de clases es un punto fundamental para el aprendizaje, más allá del contenido de los libros, incluso me atrevería a decir que más allá de lo que se aprenda, el salón debe ir acorde al flujo de información y debe ir acorde al dinamismo con el que los conocimientos se transmiten. El maestro es por supuesto, importantísimo, pero si el salón no es adecuado, los conocimientos se pierden con el tiempo.

Hay indicios claros de maestros que en condiciones de extrema pobreza han logrado enseñar de una forma excelsa a alumnos, incluso cuando no se tiene ni siquiera un pizarrón. Pienso que el éxito en estos casos es claramente el maestro y su profesionalismo y vocación para enseñarles. Ocurre lo mismo hoy hoy día en las aulas de las universidades y de las escuelas públicas y privadas, pero el éxito reside en la capacidad del maestro nuevamente o en el uso de la tecnología, y amigos míos, estoy seguro que la tecnología es el punto fundamental de su éxito.

Las redes sociales, la unión, las flechas juntas.

He pensado con frecuencia en un sistema que se pueda adaptar a cualquier aula, y a continuación presento mi idea para el proyecto:

Se trata de Tulip.

Lo he llamado así porque considero que el logo sería bonito si se popularizara.

Es un sistema de proyectores y sensores de matrices de puntos que permiten proyectar de forma simultánea cuatro pantallas, esto con el afán de cubrir las cuatro paredes de un salón de clases convencional. El sistema Tulip se podrá adaptar conforme las medidas del salón o cuarto donde se utilice, y permitirá la interacción como si se tratase de una pantalla táctil.



En su punto medio poseerá un quinto proyector, mismo que apuntará al piso proyectando una pantalla de mayor tamaño.

La razón del diseño es sencilla: permitirá que los alumnos estén en contacto con contenido educativo de una forma más interactiva y dinámica, evitando aprender directamente de un libro o de la voz del maestro.

El contenido necesita ser estandarizado o al menos, debe ser simplificado lo más posible, para hacerlo digerible y comprensible para los alumnos, no importa el tema, siempre hay formas para adecuar la información, para hacerla no solo accesible, sino de verdad deseable.

He basado mi idea en proyectos anteriormente mencionados, como lo es WorldKit. Pero lo que últimamente me ha inspirado es la inclusión de los sistemas de programación gráfica e intuitiva, como lo es Cinder, el programa que me ha presentado la antes mencionada amiga. Un sistema que fue desarrollado principalmente por la creciente ola de dispositivos cada vez más y más interactivos, más visuales y más complejos. Un mundo donde lo visual domina los espacios y donde lo auditivo llena la silente calma entre el espectador y la información.

El golpe definitivo que terminó mi inspiración ha sido el Transform del MIT, mismo que me ha hecho ver que realmente las superficies son lo más importante, y que tener las cosas en físico facilita los conceptos de razonamiento que los alumnos generalmente sufren.

Al integrar todos estos elementos he sido capaz de percatarme que lo que le hace falta al mundo es un poco de locura e imaginación, y si nos disponemos a combinar los elementos locos que ya tenemos podemos hacer cosas asombrosas.

Si utilizamos la tecnología que ya nos ofrece Kinect desde hace años y la combinamos con la tecnología que nos ofrece la nueva herramienta Cinder, los resultados estoy seguro que serán fructíferos para la educación.

Lo he mencionado en mis entradas pasadas, el diseño de las cosas es sustancial, y cuando se habla de educación entran muchísimos factores que a primera instancia no se contemplan, como vienen siendo los factores psicológicos e incluso ingenieriles. Es aquí cuando hablo de la unión, cuando hago el hincapié en que Gengis Kahn es un crack haciendo discursos y cuando les digo que unir los puntos nos dará ventajas el día de mañana.

Tulip tiene mucho potencial, mismo que deberá ser explotado con las ideas que puedan aportar las demás flechas. Sé que cada flecha tiene un talento, sé que cada flecha surca los cielos de formas distintas.

Me inspiro día a día en las flechas que me rodean, porque cada flecha ve el mundo de forma diferente a la mía. Porque cada flecha tiene el potencial para cambiarlo todo.

A fin de cuentas mi disparatada idea lo único que anhela es deleitar a los impulsos eléctricos con conocimiento, con sensaciones, con nuevas formas de ver el mundo. Mi idea sólo trata de ser un poco optimista en cuanto al futuro de la interacción humano-máquina porque sé que el día de mañana esto será una realidad.

No pretendo revolucionar el aprendizaje, pero confío en que un ligero cambio de diseño en el aula permitirá un mayor aprovechamiento para sacarle provecho al potencial del estudiante, tal vez a alguien le interese mi proyecto y lo pueda perfeccionar, y de ser así le suplicaría me escribiera en los comentarios de este blog o en su defecto a mi correo electrónico. Estoy dispuesto a desarrollarlo y compartir los demás detalles que no se expresan en la entrada.

Para terminar, quiero disculparme por la exención de mi entrada, así que les dejaré un lindo video de un gatito disfrazado de tiburón montado sobre una aspiradora robot.

Espero que el momento random sea de su agrado.

























martes, 9 de septiembre de 2014

Un pequeño empujón para sacudir al mundo

Se nos ha dado la tarea de investigar en la vastedad de internet las implicaciones que tendría la amalgama de las palabras proyecto estimulante. 

Yo no he acuñado el término, pero al menos ayudé a fundamentar una parte del concepto.

Tengo un gravísimo pecado, y mi pecado es soñar. 

Una culpa que me hace feliz, que estoy seguro, tendré el resto de mi vida mientras arrastro el grillete. 

Soñar con aquellos conceptos imposibles que sólo los locos anhelan. 

He soñado con la unión, una unión que pueda integrar lo mejor de cada cosa para crear algo único. 

Fantaseo constantemente con que las universidades o instituciones trabajen en un determinado proyecto, donde cada uno de los integrantes o estudiantes participen activamente al unísono, dando lo mejor de cada uno para un bien común, plasmando en el mundo real sus pasiones, entregando el alma.

Fue cuando de la nada se me presenta un proyecto donde es necesario generar esta integración, y por supuesto, las áreas de mi cerebro que se encargan de fantasear se pusieron a trabajar, y junto con mi fantástico y creativo equipo, ideamos un concepto que integra la cultura, con la ciencia, con el diseño, con todo lo que realmente importa para el humano.

Un dispositivo que esbozamos de forma vaga pero que realmente me emocionó.

Se trata de un aparato que se encontraría en lugares públicos, sería interactivo y retroalimentaría a las personas que estuviesen en contacto con él con información valiosa y con un poco de arte.

Así es, sólo un poco de arte.

Escuché un día en la radio la importancia del cine para el ser humano. Cómo podría un simple cine en la sierra norte, un lugar de pobreza extrema, cambiar el futuro de las personas.

Porque lo puede hacer.

Porque la cultura cambia al hombre y cambia de forma drástica la forma con la que ve su entorno.

Imaginemos la vida que las personas en pobreza extrema poseen. 

La cultura es limitada a música popular, o en los peores casos La Tigresa del Oriente



La Tigresa del Oriente o "Nada suena peor que "Corset con Animal Print" Rawr!"
La gente se queja de la falta de cultura en las ya nombradas zonas marginadas, incluso hacen crítica, pero no hacen nada al respecto.

Es triste porque su mundo no está abierto a nada más. Es una afirmación drástica e incluso cruel al decir que no ven más allá de los montes que los rodean.

Ocurre lo mismo en las ciudades cuando los museos y las bibliotecas están al alcance de todos, como siempre, se trata de un problema de cultura y de educación, ambos problemas pueden ser mitigados con la ayuda de la innovación.

¿Qué podríamos innovar?, ¿Un cambio fuerte que arrase con la ignorancia?, ¿Debemos voltear la cabeza hacia las nuevas tecnologías?

Si.

Oh no, estoy soñando de nuevo.

Pero es el único camino, y dudo que nos queramos quedar con los brazos cruzados.

Puedo afirmar que nunca habíamos pasado por un momento como este en la historia. El conocimiento nunca había estado tan abierto e ilimitado a las personas, claro, abierto e ilimitado si tenemos los recursos.

Y es cierto que los recursos son importantes y fundamentales para cualquier cimiento, pero nuevamente, nunca habíamos tenido tantos recursos en nuestra historia. Los recursos suficientes para hacerles llegar la tecnología necesaria a las personas marginadas. Plantando una pequeña semilla que en el futuro dará frutos sin precedentes.

Tal vez debimos de haber comenzado hace decenas de años y es posible que si hubiésemos comenzado en el la época del Porfiriato, hoy día nuestra cultura sería imponente y podríamos estar a la altura de India o de Japón.

Nunca es demasiado tarde para comenzar, y da la casualidad de que si empezamos ahora mismo, podremos ser testigos de lo fructíferos que pueden ser los recursos tecnológicos mañana.

Retomemos lo que escuché en la radio.

Un cine en una zona marginada y en pobreza extrema, ¿de qué rayos serviría?,¡¡LA GENTE NECESITA HOSPITALES Y COMIDA, NO CINES!!

Pues yo creo que los necesita, y los necesita urgentemente. 

No les miento, me considero cinéfilo, aunque acabo de conocer a un amigo que realmente es uno, yo no hago más que aprenderme los diálogos de ciertas películas de ciencia ficción y me creo capaz de autoproclamarme cinéfilo. Pero lo que es más cierto aún es que AMO el cine, lo amo con todo mi ser, y debo aceptar que el cine ha marcado mi vida de formas muy variadas. Me ha abierto la mente, me ha hecho capaz de reflexionar sobre conceptos muy difíciles de comprender y me ha cautivado del todo. 

Tal vez se trate del mismo efecto que tendría un cine en una zona marginada.

 Por supuesto, y creo yo que sería aún más drástico el efecto. 

Una explosión en cadena para un niño pequeño. No importa la película, o al menos no ahora mismo.

Un niño en situación de pobreza se desenvuelve en más pobreza. Trabaja en el campo, huye del campo, salta un río en busca del famoso y maldito sueño americano y la mayor parte del tiempo terminan mal este tipo de historias. No digo que es un estereotipo, digo que ES lo que realmente ocurre, TODO EL TIEMPO.

Ahora si un niño en situación de pobreza asiste a una función a ver la aberración mal lograda que es Transformers de Michael Bay (cualquiera de las cuatro), tal vez no se cautive por la historia o tal vez si, tal vez encuentre algo en la película que de verdad le llame la atención.

¿Megan Fox?

No.

Los coches.

Porque wow, se trata de coches que se transforman en cosas, cosas con brazos y piernas que parecen humanos pero mecánicos. Eso le gusta a todo niño (o fui uno muuuuy raro). Y ese pequeño puede encontrar algo en qué pensar, algo para soñar y anhelar e incluso una inspiración para buscar un mejor mañana lejos de esas montañas, y más que huir de ellas, traer de vuelta a los suyos más de ese mejor mañana que pudo encontrar. Incluso cuando los Transformers no existan en la vida real el niño tendrá algo en qué aferrarse, un pretexto para soñar e intentar aquello que momentos antes de entrar a la sala de cine ni siquiera pasaba por su mente.

No digo que Michael Bay salva al mundo, digo que el cine lo hace, la cultura lo hace, y por supuesto hay de películas en películas. 

Ahora sí importa la película.

Supongamos que una persona adulta que ha vivido toda su vida en el campo va al cine que acaban de construir en el pueblo.

Supongamos que en la función de esta semana se proyectará el clásico La Vida es Bella.

Es un poco probable que ésta persona en cuestión haya asistido a la escuela en su infancia, y aún menos probable que le hayan enseñado qué fue el Holocausto Nazi.

La Vida es Bella sería un impacto contundente y directo a dicha persona, ampliaría su horizonte, se deleitaría con la música de la que sólo fue y será capaz Nicola Piovani.

Ampliar horizontes.

Cambiar de panorama.

Una vez que la mente se expande, nunca vuelve a su tamaño original, siempre estará en busca de más y tendrá hambre y sed de nuevos conocimientos, experiencias, sensaciones, estímulos.

Ese es sin lugar a duda el truco.

Y para hacer realidad el truco necesitamos tecnología. 

Es justamente lo que pensé cuando nos dieron la tarea, y al tener en mi equipo a cuatro artistas y grandes conocedores de sus respectivas areas, me tomé la libertad de soñar y les comuniqué una pequeña idea que funcionaría. Ellos le dieron la forma al aún borroso concepto que mencioné y lo moldearon para ser algo útil e innovador.

Algo interactivo y público, fácil de usar y adaptado para ser comprendido por todos. 

Estamos en el fantástico y super moderno mundo de 2014, donde los hashtags dominan sobre las reglas de acentuación y las horribles faltas ortográficas han dado a lugar a la RAE a considerar algunas palabras. Un mundo alejado del refinado mundo previsto por Verne o Arthur C. Clarke y más cercano al mundo de Orwell y Les Misérables.

El futuro es ahora.
O tal vez no.


Y justo en este mundo super moderno tenemos cosas que no existían hace décadas, ya no digamos cientos de años. Cosas como el Wifi, las pantallas planas, los paneles fotovoltaicos, las impresoras tridimensionales e incluso las sorprendentemente cambiantes redes sociales.

Muchas de las cosas que acabo de mencionar existían desde hace mucho, otras no tanto, como el wifi, las impresoras 3D y las pantallas planas. Éstas últimas aparecieron en un impredecible boom, la misma década, casi al mismo tiempo. Siendo avances brutales para la ciencia y el futuro humano, curiosamente todas ellas son compatibles de una forma perfecta.

Es el momento para empezar a integrarlas. El momento perfecto para poner el caldero y arrojar una buena cantidad de todas ellas, mezclarlas y sazonarlas. 

Podemos hacer una sopa exquisita de la que todos podremos disfrutar, pero primero hay que poner manos a la obra.

Buscar hacer que un proyecto estimule a la gente no es una tarea difícil. Puedes electrificar un pasamanos metálico y todos los que se quieran sostener se van a llevar tremenda estimulación. Lo que es un poco complicado, es estimular a la gente con conceptos que generalmente les aburren. Conceptos de arte, cultura, música de todo el mundo.

¿Qué hacer para que no se aburran?

Divertirlos.

Dah.

Para divertirlos contamos con cosas de sobra, justamente las cosas con las que íbamos a preparar la sopa de allá arriba. 

Receta para preparar una cosa interactiva:

-Pantallas táctiles
-Tecnologías innovadoras
-Software

Mezcle todos los ingredientes de arriba y procure que el diseño final sea ergonómico, divertido y atractivo.

(Advertencia: No te lo tomes en serio y lo intentes cocinar en casa)


"Maldito plástico, no se va a despegar ni dejándolo remojar."

Tenemos todos los elementos a la mano, sólo falta disponerlos de la forma adecuada y para ello tendremos que adentrarnos un poco en qué puede ser interactivo e innovador.

No hay nada más interactivo que la combinación de lo visual y lo tangible. Da la casualidad que tenemos esos dos ingredientes en grandísimas cantidades.

Entremos en el grandísimo mundo de las pantallas táctiles.

Hoy en día vivimos en un mundo iluminado por pantallas, no importa la hora o el lugar, en todo el mundo las pantallas táctiles gobiernan nuestras vidas lo veamos o no. Han sido demasiado exitosas por sus capacidades ilimitadas, donde los botones físicos ya no detienen las cada vez más inquietas manos humanas. Salvo por un pequeño detalle; las pantallas por sí solas son la limitación más grande.

Por suerte en todo el mundo tenemos pioneros buscando siempre nuevas formas de cambiar al mundo. Y justamente es lo que de nuevo La Universidad de Carnegie Mellon ha regalado al mundo.

Chris Harrison, un candidato a profesor de Interacciones Humano-Computadora, y Robert Xiao, un candidato a doctor en Interacciones Humano-Computadora, han inventado una forma singular de "pintar" al mundo.

Utilizando proyectores y sensores han sido capaces de crear un dispositivo que puede proyectar imágenes, animaciones y cualquier cosa sobre cualquier superficie. No importa si se trata de la mesa de la cocina, o el sillón, o la pared de tu cuarto. El sistema que han nombrado WorldKit es capaz de darle retroalimentación a los usuarios por medio de sensores y cámaras que siguen el movimiento de las personas.



En el video anterior podemos ver lo fantástico e innovador que es el sistema.

Imagina las aplicaciones cotidianas que nos traería el proyector. Cualquier superficie, cualquier objeto. Es la libertad que la pantalla nunca nos pudo dar, una libertad que seguramente cambiará la forma en que funcione la educación, el entretenimiento e incluso la vida diaria.

Tenemos ahora un concepto que cambia el juego, ya que si queremos crear un proyecto estimulante no hay nada mejor que jugar con el entorno mismo.

Porque al parecer en 2014 todo lo podemos resolver con un proyector, un Kinect y un poco de cinta adhesiva.
"Mientras no entre a Snapchat en público..."
Los mismos desarrolladores de Kinect en Microsoft saben el poder que tiene la gente a la hora de crear proyectos, es por ello que están metidísimos hasta el cuello con los temas de desarrollo para apoyar la educación con el uso de su singular producto.

Bien.

Ya tenemos el medio, pero necesitamos contenido.

El tema principal en la entrada es la propagación de la cultura. Hablamos allá arriba de lo mucho que me gusta el cine, de la importancia del arte para cambiar el mundo en el que viven todas las personas y de la terrible equivocación de La Tigresa del Oriente para elegir su vestuario.

Lo que pasa con la cultura es que la gente "no tiene tiempo para ella", pero más que tiempo, simplemente no le apetece porque no se le presenta de la forma adecuada. 

Millones de niños odian las matemáticas, y lo hacen porque realmente sus maestros (su primer medio de conocimiento la mayor parte del tiempo) son malos enseñando. O solo no tienen experiencia con las nuevas tecnologías para enseñar. La gente ya adulta odia e incluso teme las matemáticas cuando no son tan malas, digo ¿por qué despreciarlas tanto si nuestro mundo es regido por ellas?

Porque "ojos que no ven, corazón que no siente":


Los fractales son verdaderamente hermosos *_*


Porque es posible que hasta las cosas más complejas se aprecien de una forma radicalmente diferente:


Representación gráfica de las funciones trignonométricas.

Incluso las fórmulas se ven mejor cuando se representan con animaciones:



Entonces ese debe ser el truco a la hora de querer enseñar algo, hacerlo simple y bonito, sin tanta palabrería y sin tanta monotonía. Esas son las mejores formas de enseñar, hacer de lo complicado algo más simple y digerible.

La tecnología nos permite cosas asombrosas pero muchas de ellas sólo se quedan esperando a nacer, porque la iniciativa no siempre va de la mano con la economía o con la política, porque generalmente nosotros mismos detenemos el avance. 

George Leonard, escritor americano y educador, ha hablado en sus libros sobre la educación en épocas venideras, y ciertamente es interesante pensar en el futuro de la educación, y más allá de la educación, el aprendizaje. El habla acerca de un mundo futuro que se nos viene encima, donde la educación tendrá que sobrevenir el gran reto que representará el cambio del conocimiento y del aprendizaje. Leonard habla de los humanos del futuro, los cuales estarán ávidos de conocimiento y tendrán que obtenerlo mediante las nuevas tecnologías que se desarrollen.

Estas tecnologías permitirán un mejor aprendizaje, uno que se origine en los estímulos que se generen, porque ese es el verdadero aprendizaje, uno que aparece de forma natural en el ser humano que lo experimenta por medio de la curiosidad propia. Muchos de los  ya mencionados avances se encuentran a nuestro alcance hoy en día. Elementos como las animaciones, los dispositivos móviles e incluso las redes sociales convergen en el mismo punto cuando se buscan soluciones para impulsar la educación.

Podemos crear un proyecto estimulante con todo lo que tenemos, con todo lo que somos capaces de hacer. Estamos listos para usar los ingredientes para la sopa que podría cambiar a muchísimas personas y sus futuros, porque nunca fuimos tan capaces de revolucionar al mundo como hoy.

Si una simple película puede cambiar el futuro de las personas, ¿qué haría el acceso a la cultura?, no me refiero al acceso con el que contamos por medio de las computadoras, me refiero a un acceso público, sin necesidad de teclear, sólo con el hecho de explorar y acercarse, de tener un poco de curiosidad

Podemos hacer que de la curiosidad nazca un estímulo y que dicho estímulo sea duradero y útil, un estímulo que después se transformará en conocimiento. Todo ello es posible gracias a los adelantos con los que contamos y estoy seguro que podremos ser capaces de lograr cosas inmensas si comenzamos ahora. 

Sólo necesitamos de un pequeño empujón para sacudir al mundo, sólo necesitamos tener la idea correcta en el momento correcto y sorprendentemente es el momento y es la idea. Basta con poner manos a la obra, con poner de nuestra parte y estar dispuestos a sacudir al panal.

Dudo que haya mejor forma de cambiar al mundo que con cultura, la base más importante de cualquier sociedad.

Estamos listos para poner cada pieza del rompecabezas, listos para entregar el alma y encender nuestras pasiones.

Ya no nos limitemos a soñar, comencemos a volar.









viernes, 5 de septiembre de 2014

Un día afuera de la cueva

Es 1809, nacen Abraham Lincoln y Edgar Allan Poe, muere Joseph Haydn y Napoleón es derrotado en una partida de ajedrez por un robot. 

Seguro 1809 fue un año intenso, lleno de tensión política y una guerra de independencia en España apenas comenzando. 

Es 1809,  en el bello palacio de Schönbrunn, Napoleón Bonaparte, genio estratega de una época donde donde ser brillante en el campo de batalla lo era todo, es vencido por una máquina, vencido por un robot jugando ajedrez. 

Espera!, ¿Dijiste robot?

Si.

"El Turco".


El Turco o "Los robots también tienen #SWAG con disfraces de Santa"

Fueron veinticuatro movimientos. Los últimos hicieron que Bonaparte sudara frío, que la gente se estremeciera ante semejante horror. Una máquina había vencido al hombre.

Creada por Wolfgang von Kempelen, inventor y ajedrecista eslovaco, la máquina se convirtió en una fuente de misterio que dejaba perplejas a todas las personas testigos de su proeza. Ganaba, la mayoría de las veces, era perfecta y su mecanismo parecía imposible en aquel mundo lejano de 1809, salvo por un pequeño detalle, que El Turco era una estafa, una "máquina" que engañó a una generación de ingenieros y científicos y los dejó rascándose las cabezas en completa ignorancia.

Fue bastante sencillo colocar a un hombre debajo de la mesa, fue aún más sencillo mover las piezas, y al parecer incluso fue sencillo vencer a Napoleón.

No fue un robot, pero ¿entonces qué?

Pudo haber sido el destino, tal vez incluso Bonaparte no prestó interés al "autómata" o tal vez ocurrió algo ese día, ¿es posible que Napoleón haya tenido miedo? 

Por supuesto un hombre de estrategias victoriosas jamás le temería a un cacharro que funcionaba con cuerda, pero ¿es posible que le temiera a la posibilidad de ser vencido por una máquina?, ¿por un artilugio barato sin cerebro ni "alma"?, yo pienso que sí.

Es completamente distinto y mil veces más complejo de lo que parece, pero es justamente lo que hacemos los seres humanos, especialmente con nosotros mismos. Tememos a aquello que podría ocurrir porque así funcionan nuestras mentes lo queramos o no, la evolución nos ha traído hasta el punto en el que debemos pensar para sobrevivir. Porque en pensar se encuentra la clave fundamental de las cosas que conocemos; economía, salud, tecnología, ciencia, entretenimiento, placer, educación, bienestar. TODOS ellos se centran en lo mismo, en pensar, en saber, en saber pensar, en pensar saber. 
No hay otro organismo que lo haga, al menos no de la forma tan "perfeccionada" que hemos optado por seguir. Un camino que va desde pensar hasta predecir, y en el predecir se encuentra la posibilidad, aquella palabra con la que se puede describir lo desconocido, nuestro temor más importante y que impone límites (en muchos casos) sin sentido. 

Pero la máquina es el enemigo principal del humano, su némesis y su primogénito, ¡¿cómo no adorarlo?!

Lo amamos cuando lo limitamos, cuando sabemos que nuestro lindo hijo está seguro en su cuna, no tememos a nada porque está encerrado, lejos de los peligros que conllevaría poner en sus pequeñas manos algo punzocortante. 

Nos aterroriza la idea de un bebé que haga las mismas cosas que los adultos, ¡porque carajo!, ¿a quién no le daría miedo un bebé hablando?

Eso son justamente las máquinas, bebés, hechos a imagen y semejanza de su creador. Con un propósito limitado que ignora cualquier cosa que hagan los adultos.

Bajo ese dilema vivimos nuestra tecnología. Es evidente la integración tecnológica que se ha dado los últimos años, pero aún estamos lejos de abrazar la idea de una integración verdadera.

Hoy día tenemos a nuestra disposición robots con capacidades sin precedentes, y los ocupamos para la industria, para la nunca cambiante industria en masa que ha existido desde hace cientos de años. 


Bueno, la industria deja de sonar mala si hay Poptarts involucradas.

Usamos máquinas para armar y para seguir una secuencia por medio de programas especializados, con colores monótonos y diseños cuadrados y cada vez más confusos, cerrando poco a poco la ventana para aquellos curiosos que se preguntan cómo funcionan estas cosas.

Estamos retrocediendo.

Es realmente increíble la forma en la que ha evolucionado la robótica a lo largo de los años. Pasar de bulbos y motores de cuerda a la más alta tecnología como la contundente computación cuántica que nos ha dado la milicia. Máquinas capaces de correr como Chitas o incluso con la habilidad de desplazarse como una medusa por los aires. No sabemos a ciencia cierta lo que nos traerá el futuro de la robótica, pero podemos hacernos a la idea que cada vez éstas máquinas se volverán más orgánicas, más independientes del ser humano, incluso, más cercanas a nosotros mismos.

Ups! El miedo, ahí viene el miedo. Un temor irracional a que nuestros hijos crezcan. Los escalofríos recorren nuestras espinas cuando pensamos en ello. Nuestros bebés tarde o temprano tendrán que parecerse a sus padres, no importa qué tan feos sean.

Ya tienen piernas, brazos, cerebros, ojos, oídos. Uhm, algo falta, tal vez algo más flexible y más adaptable, algo más orgánico.


 La razón por la cual lo orgánico gobierna los nuevos diseños es muy simple. Los mecanismos orgánicos siempre han predominado la existencia y lo seguirán haciendo hasta que llegue el momento en que superemos ese diseño. El tener que competir con los trazos sensatos y brillantes de la naturaleza es el gran error del humano, y es justo aquí cuando se aplica la frase, "si no puedes con tu enemigo, únetele". No se puede luchar contra aquello que es innegablemente perfecto. La robótica necesita seguir con esa premisa evolutiva para poder superarse así misma, ir sustituyendo los engranajes y los tornillos cada generación por piezas integradas más y más a un todo. Llegar a que en un momento las células artificiales sustituyan las piezas que constituyen un mecanismo, crear un software más etéreo y cambiante, evolutivo.

Tal vez se trate de un sueño lejano a ser alcanzado, pero del diario los avances de la ciencia dan pasos agigantados que aplastan de poco en poco las expectativas más pesimistas. 

DARPA, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa por sus siglas en inglés, año con año organiza concursos de talla internacional con el único objetivo de agrandar su horizonte. Jóvenes estudiantes con sueños de transformar al mundo con sistemas mecatrónicos han demostrado sus capacidades sobrehumanas para crear cosas fascinantes.

En los más recientes concursos caza-talentos de DARPA, ha destacado el diseño de la firma de ingeniería y robótica Boston Dynamics, con su prodigiosa creación: ATLAS.

ATLAS es el acercamiento más adecuado al robot ideal, al menos en sus fundamentos mecánicos la innovación de Boston Dynamics es una de las más radicales en la actualidad. La conveniente combinación de la dinámica del cuerpo y el uso de mecánica avanzada permite un balance entre movimiento natural y precisión, éstos dos últimos los considero de suma importancia, puesto que el uso de ambos permitirá un avance significativo en la forma de movimiento de los robots futuros. 

Ejemplo del control que tiene ATLAS sobre su propio equilibrio.
Son fantásticos los progresos de los que han sido capaces los desarrolladores de Boston Dynamics. Sus más recientes creaciones han dado saltos inmensos jamás antes predichos por ningún futurólogo. 

Claro, se sabía que algún día llegaríamos a construir una máquina lo suficientemente compleja como para emular el movimiento de un humano, pero no se esperaba desarrollar otras máquinas que copiaran el modo de andar de animales complejos como los perros:

Big Dog, de Boston Dynamics, o la prueba de que los robots twerkean mejor que Miley Cyrus.

...con unos reflejos que dan miedo:


Permanece estable en terrenos de condiciones cambiantes, Big Dog seguramente será el modelo de los futuros robots de rescate y de uso militar.

Un "caballo de rescate" que nunca se caerá, que nunca se cansará, que difícilmente se tropezará. Ese es el fin de la integración orgánico-robótica, un equilibrio que brindará un desempeño sin igual.

Y seguramente también le daría miedo a Napoleón.
"NUNCA!!!!!!!"
Lo orgánico es la vanguardia, o en su defecto, el único camino.

La Universidad de Carnegie Mellon ha desarrollado un robot modular en forma de serpiente. La razón por la cual optaron por la serpiente, era la habilidad natural del animal para trepar árboles, de esa manera lograron hacer un robot funcional, adaptable y que realmente se ve cool.
El diseño modular de la serpiente permite superar las capacidades de los robots con ruedas, al brindarle a cada módulo múltiples grados de libertad para actuar de formas variadas e independientes.

Limitarnos a formas antropomórficas es el error más grande que podemos cometer, y es justamente el que la empresa visionaria FESTO ha sabido evitar desde su creación. FESTO ha hecho trabajos impresionantes desde el punto de vista del diseño, basando sus máquinas en animales y en movimientos orgánicos y hermosos. 

Diseño del Bionic Handling Assistant de FESTO, y su inspiración natural.
Así es, un diseño hermoso que abre el camino a nuevos horizontes mucho más grandes de lo que pudimos imaginar inicialmente. 

Aplicaciones quirúrgicas, industriales, educativas, los límites poco a poco desaparecen.



También está la FESTO Flying Manta Ray, cuyo diseño inspirado en el movimiento natural de las manta rayas le da un giro completamente distinto al concepto de "robot volador".


El diseño Mantarraya de FESTO, o "secándome las manitas porque no hay toalla"

Espero que con los ejemplos ya mencionados, el lector se dé cuenta de qué es lo que me apasiona.

El balance.

Un balance increíblemente hermoso del que estoy seguro, todos nosotros sacaremos provecho en el futuro. El punto sustancial de esta entrada es enfatizar la necesidad de "pensar afuera de la caja" y perder el miedo nato a lo desconocido.

Recuerdo una pequeña historia que me contó mi maestra de filosofía, se trataba de la Alegoría de la Caverna de Platón.

Prisioneros habían sido encadenados desde su nacimiento en una cueva, siempre viendo al mismo muro. En el muro se proyectaban figuras, sombras que les recordarían qué había afuera de la cueva para que no enloquecieran. Pero eran eso, meras sombras. Nunca vieron los colores, o sintieron las texturas, tan solo eran limitados a ver las siluetas de árboles, flores, personas, en fin, los pobres prisioneros nunca podrían saber lo que era el verde de un árbol o el aroma de una flor. 

¿Qué pasaría si uno de los prisioneros saliera de la cueva?

El prisionero estaría en contacto por primera vez con aquellas siluetas con las que había vivido toda su vida, podría tocarlas, escucharlas, apreciarlas, olerlas, y si tuviera que regresar a la cueva, nunca vería esas sombras de la misma manera, querría más, más conocimiento, y el poco conocimiento que tendría, sería una bomba si se lo compartiera a sus compañeros prisioneros.

Esa historia me cautivó bastante, porque es la forma en la que de una manera u otra vivimos los seres humanos. Encadenados a un sistema educativo, moral, religioso y social que sólo nos puede encerrar en una cueva, forzándonos a ver las mismas siluetas una y otra vez, y así sin descanso, aceptarlas y abrazar la idea del prototipo que debemos seguir.

Es Napoleón teniendo miedo al Turco, aunque la máquina es una farsa estoy seguro que un día dejará de serlo. 

Porque llegará el día en que logremos hacer que no haya un hombre moviendo las piezas debajo de la mesa, llegará el día en que las máquinas superen el intelecto humano y será (estoy seguro) la misma época en que dejarán de ser rígidas y frías y pasarán a ser más orgánicas.

Conoceremos de qué son capaces y habrá una transición crucial para la humanidad. Pasaremos del miedo injustificado al amor a la máquina. Porque una vez que veamos qué hay allá afuera, nunca veremos el muro y las sombras con los mismos ojos.

Sólo nos falta estar un día afuera de la cueva.